jueves, 29 de mayo de 2008

Muere Peregrino En La Iglesia De Talpa




Feligreses fueron testigos de la muerte de un peregrino frente al altar de la Virgen del Rosario en Talpa, Jalisco. Viajó desde Zenzontla para pedir por su salud, sin embargo su muerte sorprendió a propios y extraños.


Talpa es una de las provincias que se localiza sobre las montañas de Jalisco, tiene un santuario dedicado a la virgen del Rosario, la veneración a la virgen de talpa se remota al siglo XVI, cuenta la historia que el indio Francisco Miguel traslado la imagen de Los Reyes a Talpa de Allende; en donde estaba destinada a ser sepultada, puesto que la imagen estaba hecha añicos , pero cuandos se disponian a enterrarla, en ese momento la imagen se revistió de una luz vivísima y de un resplandor intenso y deslumbrante, a partir de este milagro y desde entonces se venera a la virgen y se le tiene gran devoción en la comunidad.

La debocion a la virgen de Talpa, fue lo que orillo a Tanilo Santos a venir y pedir por su salud y enfrentarse a las diferentes obstaculos. “Yo los conocí de camino a Talpa y vi llorar y sufrir a Tanilo Santos, pedía a la virgen lo ayudara y al mismo tiempo se maldecía por haber sido malo. También vi como con dolor su esposa Natalia le limpiaba las lágrimas con su rebozo, y entre ella y el hermano del difunto lo levantaban del suelo para que caminara otro rato más, antes que llegara la noche”, según nos menciona Darío Cruz.

Viajaron desde Zenzontla, todo se debió a que el hoy occiso pediría a la virgen por su salud, pues lo aquejaba una enfermedad desconocida, solo se reconocía por grandes llagas y el pus que emergía de ellas. Durante el trayecto quien en vida llevara el nombre de Tanilo Santos cumplió con diversas penitencias hasta llegar al santuario de la virgen y camino arrodillado hasta llegar al altar de la virgen del Rosario; fue cuando Natalia, la esposa del occiso se arrodilló junto a él y comenzaron a rezar, mientras el padre daba el sermón, sin embargo para entonces ya permanecía inmóvil con la cabeza recargada en sus rodillas y para cuando Natalia lo movió para que se levantara ya estaba muerto.

Alrededor de toda esta tragedia y la tristeza que invadían a esta familia afuera se oía solo el ruido de las danzas; los tambores y la chirimía; el repique de las campanas, que surgieron como distractores ante esta noticia.

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